LA ISLA MIRADOR

Hotel Torre del Conde

10 agosto 2018

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La Gomera: la isla mirador

La particular orografía de La Gomera, nos brinda una extensa red de miradores donde apreciar cada paisaje rodeado de sensaciones diferentes.
Cada uno de ellos encierran un encanto especial y nos impactan con su diversidad y sus vistas panorámicas.
En este artículo nos centraremos en los miradores desde los que observar hitos geológicos, la evidencia clara del origen volcánico de La Gomera

y una de las características más importantes que marcará cada paso del recorrido de tu viaje.
La Gomera se formó hace 12 millones de años y se nos muestra hoy de una forma adormecida y en calma. La isla no ha tenido erupciones volcánicas en 2 millones de años, por lo que la erosión ha logrado esculpir barrancos, acantilados, riscos o playas con formas muy singulares y que se presentan como testigos de la intensa actividad volcánica que sucedió en aquellos tiempos.

Miradores de Los Roques

Los Roques impregnan con su majestuosidad el paisaje insular. Este conjunto de miradores es excelente para contemplar los roques de Agando, Ojila, La Laja o Carmona y La Zarcita. Estos monumentos geológicos son los protagonistas del paisaje y fueron considerados sagrados por los aborígenes gomeros.
En los días adecuados podrás observar cascadas de niebla que caen precipitándose en las laderas de las montañas. Un fenómeno muy especial que agradecemos a los vientos Alisios.

Mirador de Igualero

El mirador de Igualero destaca por la vista de la Fortaleza de Chipude, una formación rocosa de cima aplanada con 1.240 metros de altitud.
También podrás observar el barranco de Erque, de 7 km de recorrido y 800 metros de altura, donde el agua ha ido moldeando la impactante belleza que se percibe a cada paso.
Aquí nos encontramos con el monumento al Silbo Gomero, símbolo del característico lenguaje ancestral, surgido de la necesidad de comunicarse y que todavía perdura en nuestros días.
El mirador está cerca de El Cercado, lugar imprescindible para adentrarnos en las costumbres e historia de la isla a través de su particular artesanía.

Mirador del Santo

En el pueblo de Arure nos encontramos con este mirador, acotado entre dos imponentes relieves y que se pierde tranquilamente para desembocar en el mar. Podrás observar claramente las distintas composiciones de las capas sedimentarias. El carácter impermeable de las rocas y los sedimentos permiten la aparición de numerosos manantiales y fuentes que impregnan de verde este pintoresco barranco.
Este mirador, con sus exclusivas vistas de Taguluche, es especial para observar tanto los atardeceres en el mar como las infinidades de estrellas que se ven gracias a los cielos tan limpios que nos regala la isla. En las horas de la tarde se pueden escuchar los cencerros de las cabras en su regreso caminando entre las verticalidades imposibles de las laderas.