El Parque también encierra historia de gigantes, los Roques que emergieron de las profundidades de la tierra con sus imponentes verticalidades se perfilan como escenario para los cuentos más ricos en la imaginación de los niños. En el corazón del Parque hay miradores para observarlos en su magnitud, como el mirador de los Roques, o si se visita Vallehermoso se puede conocer el Roque Cano. Todos ellos son una buena muestra para explicar el origen volcánico de la isla alimentando la imaginación de los niños con las historias de estos antiquísimos gigantes.
Y siguiendo con nuestra propuesta, nos vamos al agua, las playas de La Gomera son ideales para unas vacaciones con niños, lejos de las aglomeraciones, con charcos y playas tranquilas para todos los gustos. Algunas de ellas también con historias para enseñarles a los niños, desde el Charco del Conde y Charco de la Condesa en Valle Gran Rey o como el de las playas de San Sebastián de La Gomera asociada a la historia de Cristóbal Colón. Y nos detenemos en el Charco del Conde, un sitio declarado de interés científico por su enorme biodiversidad, con sólo unas gafas y un tubo, se puede apreciar la cantidad de vida que contiene, detrás de una piedra, en la arena o nadando tranquilamente. Todas las especies que conviven en ese espacio al alcance de la mirada del visitante curioso.
La Gomera mima, porque es una isla mimada, porque se quiere desde el primer momento en que se la conoce y porque se pueden vivir aventuras que conectan a los pequeños y grandes con la naturaleza intacta que la caracteriza.